... singen ist Glückssache

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Probe der 1.000 SängerInnen

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Gemeinsame Probe in der Friedenskirche? Das klappt nicht ganz, die Friedenskirche platzt aus allen Nähten. Denn es wird voll. Ein Teil der über 1.000 angemeldeten Sängerinnen und Sänger wird deshalb in der Heilandskirche proben. Aus allen Richtungen strömen Menschen zur Friedenskirche, die Stimmung ist gut und es herrscht ein fast babylonisches Sprachgewirr. Gut, es ist meist deutsch, spanisch, schwäbisch, englisch, schwyzerdütsch. Ich fange einige Satzfetzen auf, vom grandiosen Frühstücksbuffet im Hotel, vom langen Abend gestern, von Straßenbahnen, vergessenen Namensschildern, der Begrüßung alter Freunde und gestern neu gewonnener Freunde. Kuchen laufen wie am Fließband ein und werden hübsch angerichtet für die Pause.

Ambitioniertes Feintuning

Und dann geht‘s auch schon los. Laut Planung haben wir grade mal 10 Minuten für jeden Song, da bleibt nicht mehr viel Zeit um einzelne Stimmen zu proben. Jetzt ist nur noch Feintuning angesagt. Zwei Chorleiter bestreiten die erste Halbzeit. dann ist Chorleiterschichtwechsel, sie gehen in der Pause rüber in die Heilandskirche, dafür kommen die anderen beiden Dirigenten dann in die Friedenskirche. Es ist fantastisch mitzuerleben, wie jeder seine eigene Art hat mit dem Chor umzugehen und Anweisungen zu geben. Wir müssen mehr grooven, hüpfen, im Tempo bleiben, den Takt halten, gedanklich eine Ming-Vase on point auf ein Regal platzieren, Vokale weglassen oder dehnen, deutlicher sprechen, aber „S“ am Wortende sind verpönt. Heller sollen wir auch noch singen und uns bewegen. Neben guter spanischer Aussprache lernen wir dann noch spontan eine neue Choreo. Wir sind ganz schön gefordert, aber auch total begeistert. Und zu allem bereit – estamos listos.

„Das geht so unter die Haut, die Energie hier berührt mich so sehr, ich spüre meine Seele“ (Sabine).

Diese Berührung ist in vielen Gesichtern zu sehen, bei manchen fließen sogar verstohlen Tränen. Es sind so viele Gänsehautmomente, wenn der Chor die ganze Skala von ganz zart und leise bis zu donnernder Lautstärke nutzt und dann noch zu „Stadion“ aufdreht. Oder wenn ein kraftvoller stehender Ton immer leiser wird und sanft verklingt.

„Ich habe mich heute so wohl gefühlt. Ich war früh da und habe einen Platz in der zweiten Reihe in der Mitte bekommen. Und es war wunderbar, wie ich mich an diesem Platz getragen gefühlt habe, von vorne, von rechts und links, von hinten. Ich habe mich richtig gut aufgehoben gefühlt“ (Tina).

In der Pause die üblichen Schlangen. Vor den Toiletten, an der Kaffeeausgabe und am Kuchenbuffet. Guter Rat eines Tenors „Mit Ladys first kommst du als Mann an der Kuchenschlange nicht weiter.“ Aber dank all der tollen Helferinnen und Helfer im Hintergrund kommt jeder zu Kaffee und Kuchen und es ist auch noch Zeit für kleine Gespräche auf dem Platz vor der Kirche. Wir haben richtig Glück mit dem Wetter, die Sonne scheint. Die Pause geht viel zu schnell rum, da rufen uns schon wieder Klavierklänge zurück in die Kirche und weiter geht’s mit dem nächsten Chorleiter und den nächsten Songs.

„Es ist gigantisch, aus unserer gewohnten Box herauszukommen, unterschiedliche Dirigenten erleben zu dürfen, Menschen unterschiedlicher Nationaltäten, unterschiedliche Charaktere. Das mach das Treffen aus. Ich bin total begeistert“ (Monika).

Auf zum nächsten Highlight

Nach der Probe löst sich das Stimmengewirr langsam auf, es zieht alle nach draußen an die frische Luft. Noch sind nicht alle Tomini (Tom-Panini) Sammelheftchen gefüllt und auch noch nicht alle Starschnitte vollständig zusammengestellt. Aber am Sonntag finden wir uns wieder in der Friedenskirche ein, dann klappt das noch. Jetzt geht es erst mal zum Schillerplatz, wo bereits die Bühne und die Technik für das Gospelfestival aufgebaut ist. Denn der Tag ist noch lange nicht zu Ende.


Text: Irene Klinke, Foto: Iris Hohmann

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Ensayo con 1000 cantantes

¿Un ensayo conjunto en la Friedenskirche? Eso no funciona, la Friedenskirche está a reventar. Porque estará llena. Por eso, algunos de los más de 1.000 cantantes inscritos ensayarán en la Heilandskirche. La gente acude a la Friedenskirche desde todas las direcciones, el ambiente es bueno y hay una confusión de idiomas casi babilónica. En su mayoría, alemán, español, suabo, inglés y schwyzerdütsch. Capto algunos retazos de frases sobre el fantástico desayuno bufé del hotel, la larga noche de ayer, los tranvías, las etiquetas de identificación olvidadas, el saludo a los viejos amigos y a los nuevos amigos hechos ayer. Las tartas llegan como en una cadena de montaje y están bellamente dispuestas para la pausa.

Ambiciosa puesta a punto

Y nos vamos. Según el plan, sólo tenemos 10 minutos para cada canción, así que no queda mucho tiempo para ensayar las partes individuales. Ahora sólo queda afinar. Dos directores dirigen la primera parte, luego hay un cambio de directores, que van a la Heilandskirche durante el descanso, y los otros dos directores van a la Friedenskirche. Es fantástico ver cómo cada uno tiene su propia manera de tratar con el coro y dar instrucciones. Tenemos que hacer más groove, saltar, mantener el tempo, seguir el ritmo, colocar mentalmente un jarrón de Ming en un estante, omitir o estirar las vocales, hablar más claro, pero la «S» al final de las palabras está mal vista. Más brillantes deberíamos saltar la voz.También tenemos que cantar y movernos con un color más claro. Además de una buena pronunciación del español, aprendemos espontáneamente una nueva coreografía. Nos sentimos realmente desafiados, pero también totalmente entusiasmados. Y listos para todo: estamos listos.

«Se te mete bajo la piel, la energía aquí me toca tanto, que puedo sentir mi alma» (Sabine).

Este toque se puede ver en muchas caras, algunas incluso tienen lágrimas que fluyen furtivamente. Hay muchos momentos que ponen la piel de gallina cuando el coro utiliza toda la gama, desde un volumen muy suave y tranquilo hasta un volumen atronador, y luego sube el volumen a «Stadion». O cuando una poderosa nota de pie se vuelve cada vez más tranquila y se desvanece suavemente.

    “Hoy me he sentido muy cómodo. Llegué pronto y conseguí un asiento en la segunda fila del centro. Y ha sido maravilloso sentirme apoyada en este asiento, desde delante,  a derecha e izquierda, por detrás. Me sentí muy bien atendida” (Tina).

Las colas habituales durante el descanso. Delante de los aseos, en el mostrador del café y en el buffet de pasteles. Un buen consejo de un tenor: «Las damas primero no te llevarán a ninguna parte como hombre en la cola de la tarta». Pero gracias a todos los estupendos ayudantes de fondo, todo el mundo recibe su café y su tarta y aún queda tiempo para charlar en la plaza frente a la iglesia. Tenemos mucha suerte con el tiempo, brilla el sol. El descanso pasa demasiado rápido cuando el sonido del piano nos llama de nuevo a la iglesia y continuamos con el siguiente maestro de coro y las siguientes canciones.

“Es fantástico salir de nuestra caja habitual, experimentar directores diferentes, gente de distintas nacionalidades, caracteres diferentes. Eso es lo que hace el encuentro. Estoy encantada” (Monika).

Pasamos al siguiente punto culminante

Tras el ensayo, el murmullo de voces se disipa lentamente y todos salen al aire libre. Aún no se han rellenado todos los cuadernillos de la colección Tomini (Tom-Panini) ni se han reunido todos los cortes estelares. Pero volveremos a la Friedenskirche el domingo, así que todo se arreglará. Ahora nos vamos a la Schillerplatz, donde ya se han montado el escenario y el equipo para el Festival de Gospel. Porque el día no ha terminado ni mucho menos.


Übersetzung: Maria Schneider